Avantasia - The Scarecrow (2008)
Tuvo que pasar un período de seis años para que la tercera parte de la ópera metal viera la luz. Avantasia, desde su primer disco, se convirtió de inmediato en uno de los trabajos más emblemáticos del power metal. Un joven Tobias Sammet, para ese tiempo en un tour de su banda Edguy, decidió crear un proyecto con grandes músicos invitados. Así, en los dos primeros discos desfilaron cantantes de la talla de Michael Kiske, el renegado del power metal, Andre Matos, ahora en la cumbre de su carrera como solista, y muchos más. Sammet dijo que no volvería a hacer un disco de Avantasia, pero por alguna razón, quizá el amor a la música o las ganas de vender, lo orillaron a reunir nuevamente a grandes exponentes del metal y del hard rock. Esta vez en la batería tenemos a Eric Singer, famoso ex Kiss, en un tema tenemos al inmortal Alice Cooper, Jorn Lande en las voces principales junto a Sammet, y personajes esporádicos como Roy Khan de Kamelot.
Mucho se dijo de este disco: que si Sammet le daría un giro más comercial, que si ya no habría más power metal de antaño, de ése que es melódico y rápido. Los músicos del hard rock hicieron suponer que el sonido se aligeraría con respecto a los otros discos.
Twisted Mind – El disco comienza con un tema envuelto en una atmósfera incierta, con unos riffs que dan la apariencia de oscuridad. La voz de Roy Khan logra seguir con la línea misteriosa del tema. Aunado a esto tenemos un estribillo memorable. Por otro lado, la instrumentación no podía ser mejor: un sonido conciso, profundo y directo que nos guía a través de los seis minutos de este tema, que a ratos parece tener aires bastante dramáticos, sobre todo en los coros de casi hasta el final. Por lo demás, el disco comienza de la mejor manera.
The scarecrow – Unos sonidos folks y un ritmo bien marcado le dan apertura a este tema de once minutos, el segundo más largo de toda la discografía de Avantasia. Las voces corren a cargo de Sammet y el gran Jorn Lande, quien hace un trabajo excepcional en este tema, por no decir en todo el disco. Es una canción que quizá pueda recordarnos a “The Pharaoh” del disco “Mandrake” de Edguy. El tema es una pieza épica enclavada en los cambios de ritmos, solos de guitarra, partes instrumentales realmente brillantes, a veces calmadas y otras veces agresivas. Lo mejor es, sin duda, el fragmento final cuando todo comienza a acelerarse, de la mano de la desgarradora voz de Lande, pero en sí todo el tema es genial.
Shelter from the rain – Nuevamente tenemos ante nosotros power metal puro, rápido, melódico y “bombástico”, como a Sammet le gusta definir el estilo. Como siempre, aquí podemos encontrar todo lo que buscamos: velocidad, buenas voces, un Kiske cantando power metal, un estribillo entrañable, el solo de guitarra memorable, un trabajo genial en la batería que demuestra que los del hard rock también pueden tocar metal.
Carry me over – Después de los temas rápidos, éste es el primero que nos deja descansar. La canción es tranquila, en onda ochentera, lo mismo que su extraño video. Es de esa música que cualquiera puede escuchar. No es que el tema sea malo, simplemente puede llegar a desentonar entre tantas canciones destacables y la memoria de la gran balada de uno de los EPs, “The story ain’t over”, por tanto es de lo más flojo del disco.
What kind of love – Aún más lenta que la anterior, tenemos a esta canción tranquila con una base rítmica muy diluida que apenas explota al final del tema. Es una gran balada (la mejor del disco a mi gusto) interpretada por Tobias y Amanda Somerville, completamente atmosférica, mística y con esos dejos de “The spirit will remain” de Edguy.
Another angel down – Una de las canciones que se salvaron en el EP lanzado con anterioridad. Otra vez encontramos power metal rápido y melódico con un gran estribillo. Aquí nos demuestra Sammet que en el terreno del power clásico, lo tiene todo asegurado, porque hasta parece que temas como éstos le brotan espontáneamente.
The toy master – Nunca he sido fanático de la voz de Alice Cooper, pero con este tema uno puede cambiar de opinión muy fácilmente, y es que es una canción nuevamente con aires misteriosos, pero esta vez en su máxima expresión, que hace brillar esa voz tan particular de aquel inmortal señor. Por lo demás, la música es excelente, siempre con buenos cambios de ritmo y un solo de guitarra brillante, lo mismo que el estribillo, oscuro y perverso, y los coros finales. Todo un deleite que le agrega toques muy novedosos a Avantasia.
Devil in the belfry – Éste me gusta más que “Another angel down”. La línea del disco no cambia mucho, porque esta canción es, de nuevo, power metal directo con los clásicos y geniales estribillos que Sammet sabe componer. Otra vez Jorn Lande se luce en este tema.
Cry just a little – Tal vez es porque yo siento debilidad por la voz de Bob Catley cuando canta temas tranquilos, el hecho es que esta balada me gustó. Es una canción calmada sin muchas pretensiones, algo edulcorada, con un estribillo lindo y un solo de guitarra corto pero efectivo. Para definirla: muy tierna.
I don’t beleave in your love – Para los que temían que el disco sonara a hard rock, aquí está el tema que confirma las sospechas. No sé cuál es el problema con ese estilo, porque después de todo suena bien. No es de lo mejor del disco, pero tampoco es para rasgarnos las vestiduras porque Sammet se vendió.
Lost in space – No es la primera canción de este estilo que tiene Sammet, en Edguy, para su último disco, “Rocket Ride”, apareció un tema muy parecido a éste, “Superhéroes”. El tema, y con el perdón de los más puristas del power metal alemán, es efectivo y tiene su encanto. Más bien es una muestra de que Tobias puede hacer música de todo tipo, sin que esto signifique vender al metal, y si bien no es lo mejor disco, tampoco es lo peor.
El sonido sigue siendo puramente Avantasia, pero más maduro que en los otros dos discos, a veces un poco más suave, pero no pierde la esencia rápida, épica, melódica y poderosa de la ópera metal. La calidad en este trabajo es innegable y, me parece, supera a las primeras dos entregas. Quizá a muchos este disco les pueda parecer el peor de Avantasia, pero no creo que sea así. La evolución es lógica en todo músico, y quien se quede atascado en un sonido perpetuo y seguro, no podrá avanzar. Siempre se pueden sacar discos melódicos, veloces, con grandes estribillos y demás, pero quedarse en el mismo terreno es mediocre. Me parece que la tendencia actual de no sonar como siempre es mucho mejor que la vieja constante de ser siempre el mismo.
Este disco es genial se le mire por donde se le mire, y la gama de músicos no se desaprovechó en lo más mínimo. Quizá removiendo dos temas y sustituyéndolos por “The story ain’t over” y “Promise land”, el disco hubiera sido mejor, pero así como está es excelente.
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