sábado, 14 de febrero de 2009

The Arkitecht - Hyperstructure (2008)


En estadística hay algo que se llama la Regla de Sturges, que se utiliza para elegir un número idóneo de intervalos para un conjunto de datos, cuya fórmula es k = 1 + 3.322 log n. Un señor dice haber descubierto la regla G para conjuntos de datos más grandes, que nos indicaría k = 2 + ln (n). Aquel señor le puso "G" a su regla para darle más estilo al nombre. Si de pronto llegara un investigador de economía a decir que usa la "Regla de Gómez" todo mundo se reiría. Es natural, los mexicanos somos muy malinchistas. Yo lo soy, he de admitirlo. La regla de Gómez me da risa, suena mejor la de Sturges. Lo mismo pasa con la música: mucha gente mexicana - entre la que me incluyo - ve con malos ojos el panorama del rock nacional, más que nada porque la escena está infestada de bandas tristes como El Tri o la archiquemada y sobrevalorada agrupación de Maná, que a fin de cuentas es sólo un pop tropical con una etiqueta rockera que algún desquiciado decidió otorgarles durante el tiempo en que no eran tan conocidos. Hay algo que es cierto: el rock mexicano no se desarrolla como en muchas otras partes del mundo, y es por eso que los amantes del metal tenemos que voltear nuestros ojos a los países nórdicos para buscar una buena opción a falta de bandas interesantes en nuestra tierra, y es que si alguien nos dice "hey, encontré una banda mejicana de metal progresivo", quizá las risas no se harán esperar.

Quien me conozca sabrá que soy el mexicano más antinacionalista que pueda existir. No me siento ni me sentiré orgulloso jamás de haber nacido aquí - quizá sí aliviado por no haber sido concebido en un lugar peor como cierto país caribeño gobernado por un mico. Pero hay veces en las que uno se siente realmente reconfortado al encontrar grandes esfuerzos musicales de la tierra propia. Tal es el caso de The Arkitecht, un proyecto solista del desconocido Genaro Ochoa, un capitalino más perdido en una de las urbes más infestadas de humanidad: la Ciudad de México. Decidió desafiarlo todo y finalmente compuso un disco que desde el primer momento resulta destacable, buscando un sonido sólido que rescatara sus mayores influencias: Dream Theater, Symphony X, Opeth, Porcupine Tree, entre otros. El resultado fue Hyperstructure, que es como un libro de cuentos: un disco conceptual dividido en dos historias principales. La primera tiene como inspiración la contemporaneidad en la que estamos viviendo, un sujeto que comienza a interrogarse sobre nuestros tiempos, durante seis de las siete canciones del trabajo. La segunda parte se trata de Face Thief, una canción épica de 32 minutos que es más bien un thriller.

Lo brillante de las composiciones de Genaro se acompaña con tres músicos invitados. Dos vocalistas y un guitarrista. Quien lleva las riendas principales de la voz es Dante Díaz, quien se caracteriza por una voz agresiva. Adicionalmente tenemos a Álvaro Lamadrid, cuyo timbre dará lo característico a muchas canciones. En la guitarra está César Huesca, uno de los mejores guitarristas en México, famoso sobre todo en YouTube.

Este disco se define por los matices y diferentes sonidos, lo que podemos constatar directamente con la primera canción: Blackout, que se mueve en los terrenos melódicos y poco agresivos. Podríamos decir que es lo más cercano a una balada, aunque ciertamente no podría ser catalogado como tal.

The 20th Century Feast And The Millennium Hangover es, en jerga mexicana, uno de los títulos más mamones que he leído jamás. La canción, en cambio, resulta magnífica, porque podemos encontrar un juego de voces. Lo que primero llama la atención es que Álvaro Lamadrid inmediatamente recuerda a Mike Patton, aquel vocalista de bandas como Mr. Bungle, Fantômas y la popular Faith no More, a veces catalogada como metal alternativo. Lo cierto es que, según palabras de Genaro, Lamadrid es un vocalista sumamente versátil, que lo mismo canta rock progresivo de los años 70, que lambada, merengue y reggaetón. En cambio, Dante Díaz resulta más típico, agresivo, ofreciéndonos así un gran contraste. Podemos encontrar brillantes solos de guitarra, de teclado, momentos tranquilos y otros mucho más pesados. Un gran tema sin duda alguna.

Through the broken glass es el tercer track y ciertamente tiene un aire al Dream Theater más reciente, aquél que podemos escuchar a partir del Train of Thought o incluso en el polémico Systematic Chaos. El inicio tiene lo que Tobias Sammet llamaría an eerie sound, o bien, una atmósfera lunática que da paso a una melodía un tanto más clásica, donde el estribillo y los versos son igualmente destacables: algo que no sucede muy a menudo.

Posteriormente escuchamos Elation que se coloca en terrenos más melódicos y amigables sin perder en ningún momento la fuerza que caracteriza al sonido de The Arkitecht. De cualquier forma, la voz de Dante Díaz no se nos presenta tan ruda como en el segundo tema del disco, pero en ningún momento deja de imprimirle la energía que lo define como cantante.

Children of the gods es quizá una de mis favoritas de toda la primera parte del disco. Se trata de un tema de metal progresivo directo que se vale de voces agresivas y grandes momentos a lo largo de sus siete minutos. Podríamos decir que es la canción más diversas de toda la sección que comprende la historia de Hyperstructure, al mejor estilo Dream Theater, pero sin caer en una copia. Eso, a mi entender, es la gran virtud de las influencias en la música: que el influjo se note, pero que exista una ejecución propia.

Para concluir la primera historia tenemos el tema que le da nombre al álbum: Hyperstructure. Es una síntesis de toda la primera parte, que conjuga la particular voz de Lamadrid junto con la violencia de Dante Díaz. El tema es dinámico y brillante. Los teclados dan la profundidad necesaria para crear un tema sumamente atractivo que concluye justamente con la melodía de Blackout.

La parte final del disco es, podríamos decir, también la parte central del mismo. Face Thief es una canción que Genaro tardó en componer un par de años, entre otras cosas porque es un tema épico de 32 minutos de género indefinible pero que él llama symphonic death metal. Es cierto que está más cercano a Opeth que las canciones anteriores, porque en muchos momentos los growls ayudan a generar una atmófera dramática junto a las brillantes orquestaciones, pero me parece que hay elementos de muchos otros géneros, por lo que no creo que sea conveniente definir el tema de una manera tan sencilla. La virtud principal de esta pieza es que los elementos clásicos no devoran en ningún momento el metal, sino que lo enriquecen. Sería demasiado pretensioso querer describir con puntos y comas esta canción, que de por sí resulta difícil de ser asimilada, dada su complejidad y ambición. El tema se encuentra dividido en varias secciones, algunas puramente instrumentales, otras más se concentran en el sonido sinfónico, mientras que es común encontrarnos con elementos traídos del death metal, e incluso pasajes melódicos realmente bellos. Y si ya las orquestaciones, los metales y los instrumentos de cuerda y viento le daban una profundidad muy acertado al tema, son los coros los que finalmente se encargan de dotar a la canción de uno de los mejores elementos. Como dato curioso cabe mencionar que el coro no canta en latín, sino en español.

Sinceramente, lo primero que dije en voz alta tras escuchar este disco fue un mexicanísimo "no mames, ¿apoco esto es de México?". Lo sabía de antemano, descargué el disco porque me llamó la atención que en esta masa amorfa llamada Méjico alguien se atreviera a crear un disco de progressive metal. Llegué al MySpace y no lo podía creer. La descarga terminó y en mi mente se quedó la expresión inglesa "I was blown away by this album". A la fecha sigo preguntándome si de verdad esto lo compuso un mexicano. Incluso logré cruzar algunas palabras con Genaro en last.fm (en inglés, pa' acabarla de chingar - ya después en español -), quien leyó un comentario mío: "Y de pronto recuperé la fe en mi país".

Hyperstructure es, a mi juicio, de lo mejor que nos ha entregado Tláloc en comunión con Huitzilopochtli, Quetzalcóatl, Kukulkán, Kinich Ahau e Itzamná. Y es que el disco es impresionante para tratarse de un primer proyecto solista. La calidad y la producción (mezclado en Europa, obviamente) son realmente buenas. Hay pocos puntos de lo que uno podría quejarse. Quizá a veces los growls se quedan cortos en la primera parte del disco, pero aún así no dejan de sonar bien. Muchos dirán que lo poco accesible de Face Thief es un defecto, pero es en realidad una apuesta en la que Genaro finalmente sale ganando. Nada mal para un disco que tiene bajo y baterías programadas...

9.5/10

8 comentarios:

  1. Noooooooooo
    Tampoco me la creo ya escuché Children of the Gods (en su MySpace viene completa)
    Hay un Arjen entre nosotros!!!

    ¿Donde compro el disco?

    PD. Yo postee la ves pasada en Everon, creo que no nos conocemos

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  2. Que hay hermano, oye pues que bueno que te gusto el disco. Lo puedes conseguir en las tiendas Hard en la ciudad de México (Rock Shop Insurgentes y Pericoapa). O si vives en el interior directamente en Attahk CD Shop (hay un link en el banner superior de myspace) o escríbeme directo en myspace y yo te lo hago llegar.

    Saludos y gracias por el apoyo!
    T.A.

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  3. Oye, y ya que veo que pasa por aquí el genio creativo de esta obra maestra del progresivo mexicano, déjame preguntarte ¿qué planes tienes en el futuro para este proyecto?

    De cualquier manera se agradece y da gusto que haya mexicanos amantes del progresivo y el metal, y que no hagan bandas para pegar. Buen trabajo.

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  4. Que onda Raff, muchas gracias. Pues no tengo tan claro que se va hacer todavía. Hay mucha presión porque se arme una banda y se toque este pedo en vivo; todavía esta en veremos. Por lo pronto quisiera para finales de este año, principios del otro, tener el segundo disco listo. Y pues por lo pronto promocionar todo lo que se pueda.

    :)

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  5. Mi Arkitecht... cuenta conmigo si tocan esto en vivo la neta si esta una obra maestra. Ahi nos avisas

    Me llama mucho la atencion que en tus influencias citaras al maestro Uematsu, asi que obviamente sabes de donde viene mi nick...

    Excelente disco, felicidades!

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  6. "No me siento ni me sentiré orgulloso jamás de haber nacido aquí" Eres todo un perdedor de lo peor

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  7. No, perdedor es ser mejicano orgulloso como tú. Por lo demás, mejor escucha la música y déjate de mamadas, Mr. Troll.

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  8. Que no estén orgullosos de su pais por x motivo, lo puedo aceptar.. ahora, que le chupen la pija a yanquis y europeos es inadmisible, ee uu tiene a mexico agarrado de las pelotas y los europeos sólo plantan multinacionales que se llevan todo el dinero de acá. Piensen un poco.

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