martes, 17 de marzo de 2009

Por un minuto ahí, me perdí a mí mismo...


Fotos tomadas de: Flickr

Pensar que Radiohead es una banda que está de moda es un error, creer que es una banda de culto también lo es. Equipararlos con U2, Madona, Shakira o Iron Maiden —en el sentido de que agotan el boletaje en horas o por el furor que levantan— es un error lógico, y en el que muchas personas caen; por eso, en contra de la voluntad de los mismos integrantes de Radiohead, son íconos de la cultura pop. Sin embargo esta banda trasciende el plano de las megaestrellas —que deben su estatus a la sobreexposición mediática de la que son objeto, o en algunos casos, productos de esta—, distan también de ser una simple banda de culto ya que han trascendido tiempo atrás esa etiqueta al convertirse en la banda más grande que ha pisado la tierra. Y no es por caer en el cliché de todo fan neurótico y atascado —algo que lamentablemente le sobra a esta banda— pero es que en verdad, su grandeza musical, su genialidad para componer, y la calidad así como la energía y sentimiento que imprimen en sus interpretaciones en vivo son únicas.

Por eso su regreso a este país bananero fue algo que tardó mucho, mismo que hizo la espera casi insoportable para algunos. Pero a fin de cuentas, nos perdonaron, y regresaron. (ja)

Así pues, nos dieron dos noches invaluables e inigualables. La primera con un setlist que tuvo cuatro canciones de The Bends, cuatro de Ok Computer, cuatro del Kid A, una del Amnesiac, dos de Hail to the Thief, y su último disco completo. Yo sólo asistí al concierto del lunes, y ésta es mi crónica:

Llegué a eso de las seis al Foro Sol, no había tráfico, y había relativamente poca gente en el inmueble. Hasta eso, me pareció que ni hubo filas para entrar, a lo mejor hubo buena logística, o a lo mejor todos llegaron sobre la hora. El tianguis de mercancía apócrifa no llamaba mucho la atención. Llaveros mal grabados, tazas con imágenes de la banda, algunas fotos ya viejísimas, playeras de todos tipos —aunque en verdad casi todas bastante chafas. Luego adentro, la cerveza cara como siempre, la comida fea y cara, y la mercancía oficial escaseó —supongo que la mayor parte se vendió el domingo—, y ya casi ni había playeras de In Rainbows, sólo de Hail to the Thief.

Los fuertes nubarrones que se veían en el horizonte a eso de las siete de la noche no movieron a los miles de fanáticos que ya ocupaban sus lugares, ni tampoco el fastidioso viento, ni la maldita lluvia. Afortunadamente ni el viento, ni las nubes, ni la lluvia durarían. El Foro Sol lucía algunas partes vacías cuando la banda abridora empezó a tocar, y el mismo movimiento en las gradas de la gente que iba llegando evitaba que se les pudiera prestar mucha atención. Mientras Kraftwerk tocaba yo fui a comprar algo de comer y al baño.

Después de la banda abridora, la espera nuevamente, que parecía interminable, pero al fin salieron Thom, Jonny, Colin, Ed y Phil. El cielo ya estaba despejado, el Foro Sol ya estaba lleno a reventar, y entonces, empezaron a tocar 15 Step. La primera canción de su último disco, canción con un ritmo genial, pegajosa y perfecta abridora de un concierto. La iluminación fue buena a secas, aunque de mi ángulo los tubitos ésos a veces estorbaban. El sonido inmejorable, se escuchaba todo, y ya sin el viento todo era perfección. Apenas un tímido “Hola” por parte de Thom para que después tocaran There There de su sexto disco, y continuarían con la soberbia The National Anthem del Kid A, en esta canción el juego de luces hizo una genial combinación con la canción, y la audiencia comenzó a estremecerse. Luego los ánimos se calmarían con la tranquila All I Need y con la canción homónima de su cuarto disco, Kid A.

Pero entonces vendría algo que pocos esperaban, o al menos no con tanta certeza, tocarían Karma Police. Que dentro de las canciones “choteadas” de la banda, es una de las más —hasta Panic at the Dico le ha hecho un cover a esta canción. Y sin embargo todos la entonamos con la certeza de que era un momento mágico. Un coro de 50 mil personas entonando Karma Police es algo que estremece hasta al más ecuánime. Por un minuto ahí, me perdí a mí mismo…

Y la siguiente canción sería Nude, y entonces sí ya no pude más, fue uno de esos momentos únicos en la vida en los que se es tan feliz que la felicidad no cabe en tu ser, simplemente indescriptible con palabras de cualquier idioma humano. Fue un momento que el sólo recordar te pone las emociones a flor de piel. Fue único, fue mágico, fue la mejor banda del mundo tocando como si mañana fueran a morir.

Las emociones bajarían un poco con las siguientes cuatro canciones, Weird Fishes/Arpeggi, The Gloaming, Talk Show Host, y Videotape. En esta última, algunos hasta se sentaron, sin embargo llegaría You and Whose Army?, una de mis canciones favoritas del Amnesiac, y la gente volvería a elevar sus ánimos; aunque no sería hasta la siguiente canción, Jigsaw Falling Into Place, que éstos volvieran a estallar. Jigsaw Falling Into Place es una de las mejores canciones de la banda, y mi favorita de su último disco. Curiosamente no fue tan coreada por el público, aunque sí la más bailada.

El ritmo frenético seguiría con Idioteque, canción donde el bajo de Colin se escuchó majestuoso. Después vendría Climbing Up The Walls canción de su tercer y hasta ahora mejor disco, mismo de donde se desprende Exit Music (For a Film), que sería la siguiente canción. Y fue también el momento amargo de la noche. La empezaron a tocar, primero esperar a que se callaran los asistentes y se pudiera escuchar el calmado comienzo de la rola. Y después vino el primer coro, y entonces, algo pasó que Thom detuvo la canción. Intentaron volver a tocarla desde el inicio pero nuevamente Thom se detuvo y dijo: “This sucks… ” No terminaron la canción, dejándonos a todos con un mal sabor de boca. Siguieron con Bodysnatchers, gran canción, pero no la pude disfrutar: seguía preguntándome qué había pasado con Exit Music (For a Film).

La banda entonces, abandonó el escenario por primera vez, para regresar cinco o diez minutos después. Y entonces pasó algo que nuevamente llevó a una exaltación extrema de mis sentimientos y pasiones, tocarían How to Disappear Completely. Que junto con Black Star considero MIS canciones de Radiohead. Y es que son poco conocidas o populares pero que representan muchísimo para mí. Es por eso que nuevamente no cupe en mí mismo y por un momento ahí me perdí en mí mismo.

Luego vendría Paranoid Android, que fue de las tres más coreadas de la noche, y en la que me deshice el cuello, y es que no es para menos, es la canción con el riff más chingón de Radiohead. Luego vendría una canción que a mi muy personal punto de vista, no debió estar dentro del encore, se trató de Dollars and Cents, que fue seguida por The Bends que tampoco me vuelve loco, pero al menos sé lo que esta canción representa dentro de la historia de la banda. Y terminarían el primer encore con la canción con la que cerraron el concierto del domingo: Everything In Its Right Place. Y aunque entoné como desquiciado el “Igh-queny, Igh-queny” seguía sintiendo que faltaba algo. Nuevamente Radiohead dejaría el escenario para regresar unos minutos después.

El segundo encore consistió de tres canciones, las primeras dos: Like Spinning Plates y Reckoner. Y seguía sintiendo que algo faltaba, y aunque me gustan ésas dos, sentía que podían tocar House of Cards, o High and Dry, o Fake Plastic Trees, o Bangers + Mash, o Knives Out o A Wolf at The Door, o de perdida que tocaran bien Exit Music (For a Film). Pero no, no tocaron ninguna de ésas…

Después de Reckoner, hubo una breve pausa, y Thom nos diría: “…have a nice life”

Y entonces pasó lo impensable, tocarían Creep. Algo que literalmente nadie se esperaba. Y es que no es para menos, ya que tenían muchísimo de no tocarla en vivo, y porque no parecía que lo fueran a hacer. El griterío no dejaba escuchar bien los primeros acordes de la canción, y luego cuando empezaron los versos, todos entonaron al unísono la canción. Y no es para menos, hasta el fan más elitista y mamón de Radiohead, en el fondo ama tanto la canción como el niño de 12 años que se siente en onda porque escuchó Creep y se sintió identificado con la letra —aunque realmente cualquiera podría, ahí radica su éxito. Y aunque mis emociones no se volvieron a exacerbar, sí me dejó satisfecho, en especial porque era una muestra de agradecimiento de la banda por la espera y la devoción que hay en este país bananero hacia la banda más grande de la historia. Lo malo, es que cuando me pregunte gente ajena a la banda ¿y tocaron creep?, tendré que decir: "ajá".

Los que fueron a los dos conciertos debieron quedar más que satisfechos porque casi no repitieron canciones y porque le dieron buena rotación a su gigantesco repertorio. Es por eso que no culpo a este setlist, me culpo a mí por no haber ido a los dos conciertos, ya que ambos se complementan.

Así se fueron las dos noches de Radiohead en México, y quedó muy en claro que siguen invictos como la mejor banda de la historia.

2 comentarios:

  1. Las dos horas y fracción más agridulces de mi vida =)
    A ver si en diez años más que vengan se me hace oír un setlist totlmente a mi gusto.
    Excelente crónica.

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  2. Muy buena tu crónica del concierto, acertados los comentarios sobre las canciones. Mi comentario sobre esta reseña sería principalmente que si bien Radiohead es una excelente banda, no son la mejor de la historia ni por asomo, sé que pensarás "para mí sí... y que" por eso cabe aclarar que no es mi intención sacarte de esa idea. Yo pienso que no hay una mejor banda de la historia, sino muchas mejores bandas que se definen precisamente por las emociones o pensamientos que despiertan en nosotros y hacen que formen parte de lo que somos, así que muchas gracias por compartir tu experiencia con todos nosotros, hasta luego.

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