Sirenia - The 13th Floor (2009)
Sirenia es referencia obligada para todos los amantes del metal gótico o para cualquiera que desee conocer el género. Este grupo noruego salió de las entrañas de Tristania, luego de la partida de Morten Veland, quien ahora es el líder indiscutible de esta banda escandinava. En realidad él se encarga prácticamente de todo. La composición le corresponde a él, tanto como las letras, gran parte de la instrumentación, las orquestaciones y hasta los growls. Los demás músicos podría decirse que son invitados o personas necesarias para los conciertos. Otro aspecto que siemrpe ha caracterizado a Morten son las malas relaciones con sus compañeros. Desde que se fue de Tristania, Sirenia nació como una banda conflictiva que en cada disco cambiaba su alineación. Lo más destacable es que por cada álbum de estudio ha habido una nueva cantante. Los conflictos entre Monika, la vocalista pasada, y Morten obligaron a éste último a emprender la búsqueda por una nueva cantante. La audición tuvo por lo menos a quinientas participantes, y la ganadora fue la española Ailyn, mejor conocida por su desastrosa actuación en la versión española del Factor X. No es de extrañar que apenas anunciado su ingreso a la banda se suscitara una importante polémica entre los seguidores de la banda.
Yo había tenido la oportunidad de escuchar a Ailyn antes de siquiera enterarme que sería la nueva vocalista de Sirenia. Buscando videos de frikis del Factor X me topé con su interpretación de Bring me to life de Evanescence. Acabé deprimido: un mal inglés y un control pésimo de la voz es lo que la caracterizaron. En ese momento creí que todo acabaría como una broma típica de un reality show. Ante mi sorpresa de saber que sería la nueva vocalista de Sirenia, quise buscar algo más de ella. Encontré su MySpace lleno de covers de canciones de Evanescence y Nightwish. The poet and the pendulum fue la canción elegida por esta española. Su voz chillona destrozó la sección de Mother and Father. No dudo que Tuomas tenga escalofríos por las noches luego de tal profanación a su obra maestra. Perdí toda la esperanza, pero de cualquier modo le he dado una oportunidad a este disco, que continúa con la evolución lógica de una banda que si bien en su primer trabajo apenas utilizaba en las voces femeninas y era más bien un proyecto barroco lleno de growls y orquestaciones, ahora - desde el disco anterior - ha tomado una dirección más ligera.
Yo había tenido la oportunidad de escuchar a Ailyn antes de siquiera enterarme que sería la nueva vocalista de Sirenia. Buscando videos de frikis del Factor X me topé con su interpretación de Bring me to life de Evanescence. Acabé deprimido: un mal inglés y un control pésimo de la voz es lo que la caracterizaron. En ese momento creí que todo acabaría como una broma típica de un reality show. Ante mi sorpresa de saber que sería la nueva vocalista de Sirenia, quise buscar algo más de ella. Encontré su MySpace lleno de covers de canciones de Evanescence y Nightwish. The poet and the pendulum fue la canción elegida por esta española. Su voz chillona destrozó la sección de Mother and Father. No dudo que Tuomas tenga escalofríos por las noches luego de tal profanación a su obra maestra. Perdí toda la esperanza, pero de cualquier modo le he dado una oportunidad a este disco, que continúa con la evolución lógica de una banda que si bien en su primer trabajo apenas utilizaba en las voces femeninas y era más bien un proyecto barroco lleno de growls y orquestaciones, ahora - desde el disco anterior - ha tomado una dirección más ligera.
El disco abre con The path to decay, que también es el primer sencillo de este álbum. La atmósfera es generada por medio de sonidos más bien modernos y de sintetizador para dar paso a una típica canción de metal gótico. La primera impresión de Ailyn no resulta desagradable, en realidad resulta bastante bien. Y como tal, ésta es una canción correcta, ligera, poco ambiciosa y que fluye muy bien. Incluso podemos escuchar los growls de Morten, que, por cierto, dejan bastante que desear.
La primera decepción del disco llega con Lost in life, no porque en sí misma sea una mala canción, sino porque la introducción con piano es exactamente igual a la que aparece en Hand of sorrow de Within Temptation, sólo que en otro tono. Quizá Morten se tomó muy en serio el argumento del plagio como mejor forma de hacer un tributo, o simplemente conectó su alma en los planos más elevados del mundo onírico con los músicos de Within Temptation. Sea cual sea el caso, más allá de la introducción, ésta es una canción bastante edulcorada. Seguramente no faltará en los conciertos.
The mind maelstrom sube un poco el nivel. Inicia con unos predecibles coros que cantan algo en latín, para después dar paso a la dulzura de la voz de Ailyn, que cuando susurra y maneja las tonalidades más intimistas suena realmente bien. Quizá en esta canción se encuentre su mejor trabajo vocal. Por otro lado, este tema cuenta con cambios de ritmo y nuevamente con los growls - ¿o screams? - de Morten. Eso sí, es difícil no remitirse a Epica con esta canción...
La primera decepción del disco llega con Lost in life, no porque en sí misma sea una mala canción, sino porque la introducción con piano es exactamente igual a la que aparece en Hand of sorrow de Within Temptation, sólo que en otro tono. Quizá Morten se tomó muy en serio el argumento del plagio como mejor forma de hacer un tributo, o simplemente conectó su alma en los planos más elevados del mundo onírico con los músicos de Within Temptation. Sea cual sea el caso, más allá de la introducción, ésta es una canción bastante edulcorada. Seguramente no faltará en los conciertos.
The mind maelstrom sube un poco el nivel. Inicia con unos predecibles coros que cantan algo en latín, para después dar paso a la dulzura de la voz de Ailyn, que cuando susurra y maneja las tonalidades más intimistas suena realmente bien. Quizá en esta canción se encuentre su mejor trabajo vocal. Por otro lado, este tema cuenta con cambios de ritmo y nuevamente con los growls - ¿o screams? - de Morten. Eso sí, es difícil no remitirse a Epica con esta canción...
El disco sigue en ascenso con The seventh summer, un tema que cuenta con un buen estribillo que se apoya con el uso del doble bombo, lo que dota la canción de la profundidad necesaria para no ser superflua. El único problema de la canción es que muestra las debilidades de la banda: la débil voz de Ailyn cuando se atreve con la potencia, y unos growls simplones, que después se compensan con una voz limpia que no suena mal.
Quizá impacte el riff que da inicio a Beyond life's scenery, pero para resumir el tema podemos decir que aquí Ailyn parece que no quería cantar o que estaba muy cansada. Por otro lado, el buen Morten parece haber sido víctima de alguna enfermedad en la garganta, pues su capacidad para hacer growls decorosos ha ido en descenso desde el primer disco. Y si en At Sixes and Sevens - horrible título para un álbum - no sonaban nada mal, en The 13th floor parecen los de un aficionado. Y si no fuera poco, ésta es una canción que en sí misma carece de sentido. Hay mucho, pero todo quedará completamente en el olvido.
El disco continúa con The lucid door, tema poco destacable que suena hasta pop, aunque tiene algunos efectos simpáticos con la guitarra. Sobre esos gruñidos que aparecen en el medio de la canción, sólo podemos decir que parece que Abbath de Immortal hizo una aparición especial. Y no, eso no es algo bueno.
El ritmo anodino del disco persiste con Led astray, otro tema que no ofrece demasiado y que sólo destaca por la forma tan curiosa en la que Ailyn pronuncia horizon y further. La parte final del estribillo, por cierto, es quizá de lo más edulcorado y amigable que haya escrito Morten en toda su vida. Las orquestaciones y los coros son pretenciosos y tampoco aportan gran cosa. Son sólo un elemento que uno ya ha predicho desde que inició el tema.
Winterborn 77 es quizá la mejor canción del disco, pero no por su gran composición, sino porque desborda una tremenda comicidad espontánea, sin duda alguna la mejor forma de hacer humor que pueda tener la humanidad. Es un tema que trata de ser serio y dramático - sorrow comes with silent tears - pero que Ailyn se encarga de hacerlo demasiado gracioso, ya sea por su adorable pronunciación con acento hispano de la frase and though my life y la palabra years, o porque sin darse cuenta acabó creando un nuevo subgénero que yo definiría en inglés como Alvin and the Chipmunks oriented metal, y es que es increíble cómo pueda ser serio el hecho de que el final de la canción parezca tener a una chica que inhaló helio para después aumentar la velocidad de la pista para lo que seguramente será el soundtrack de la siguiente película de Alvin y las ardillas.
Ya hablando seriamente, Sirens of the seven seas es la mejor canción de todo el álbum y se encarga de cerrar bastante bien este trabajo. Comienza con buenas vocalizaciones masculinas limpias que se acompañan con unos coros que esta vez sí aportan mucho, desde dramatismo hasta dinamismo. De hecho, ésta es la forma en la que Sirenia debería sonar siempre, ya que hasta los growls de los que tanto reniego en este disco hacen una labor decorosa. La instrumentación es perfecta, los cambios de ritmo, las distintas secciones de la canción son bien llevadas a cabo, sobre todo el violín melancólico que aparece junto a Ailyn casi al final del tema. Un gran tema sin duda. Una apoteosis necesaria para muchos temas deslucidos.
Musicalmente hablando, sería difícil catalogar a éste como un disco malo. En realidad suena bastante bien. Es amigable, no es denso y se deja escuchar sin mayor problema. Por otro lado, adolece de aspectos trillados del género, que no dejan que la evolución de Sirenia siga un mejor curso. Si bien hay buenos temas, también los hay muchos que son grises, instalados en la medianía compositiva, la zona de comfort para Morten. La voz de Ailyn no es del todo mala, siempre y cuando se centre en sus tonalidades más cálidas y frágiles - en un sentido dramático, casi actoral -, pero lo que es cierto es que carece de la potencia que muchas piezas exigen, lo que principalmente se demuestra en Winterborn 77, que lamentablemente raya en lo caricaturezco. Una voz que a final de cuentas es plana y que es limitada en matices, lo que le impide ser la protagonista de gran variedad de temas.
Nunca sabemos qué hay en la mente de Morten. Quizá para el siguiente disco Ailyn ya no esté con nosotros, después de todo él es un individuo conflictivo. Si, por otro lado, se plantea la posibilidad de tomarse la vida con más calma, dejando a Ailyn, deberá replantearse un poco la forma de hacer música o de por lo menos idear las partes vocales. No es curioso que sea más recurrente hablar sobre el físico de Ailyn, pues parece que los fanáticos prefieren centrarse en su quijada masiva que al parecer ha enloquecido a muchos hombres. Morten incluido.
The 13th floor de malo no tiene nada, de mediocre mucho, sobre todo para una banda como Sirenia, que ya de por sí tiene un compromiso doble al ser una de las principales portadoras del estandarte del metal gótico.
7.7/10
8 comentarios: