The Murder of My Sweet - Bye Bye Lullaby (2012)
Hasta hace un par de años, Daniel Flores, baterista y prductor de ascendencia chilena y establecido en Suecia, era el líder la hoy extinta banda de metal progresivo Mind's Eye, que en el 2008 nos regalaría uno de los mejores discos del año, A Gentleman's Hurricane. Tras la disolución el genio creativo se embarcaría en un nuevo proyecto, esta vez para explorar su lado más accesible. El resultado fue The Murder of My Sweet, una banda poco pretenciosa y con la hasta entonces desconocida Angelica Rylin como vocalista, que con su primer album, Divanity (2010), dejó de lado las estructuras complejas y se concentró en canciones en las que convivían elementos melódicos y sinfónicos, heredados de las influencias cinematográficas de Flores. Luego de encontrar una alineación más estable y de contar con invitados de la talla de Fredrik Åkeson de Opeth, Bye Bye Lullaby es el segundo trabajo de esta incipiente banda. Lo que antes era un proyecto monopolizado por el baterista, se transformó en un dueto creativo, con Angelica como responsable de la mayoría de las letras y la creativa detrás de la estética.
Quien decida darle una oportunidad a esta agrupación sueca deberá hacerlo teniendo en cuenta que las influencias pop están a la orden del día. ¿Es esto un crimen? Está lejos de serlo serlo si entendemos que, a la luz del 2012 y de la confluencia de los géneros, mal harían las bandas si siguieran produciendo discos genéricos para complacer a los metalheads más cuadrados, que por desgracia todavía son mayoría. Algo queda claro. En esta época el mejor lugar para los dogmas que aquejan al metal es la tumba.
Producido con maestría, Bye Bye Lullaby es un recorrido de 58 minutos a través de canciones lo mismo melódicas que teatrales en la que destaca la interpretación y la voz potente de Angelica, que muy lejos está de caer en el lugar común del metal en el que se pueden encontrar dos grandes grupos: las voces operísticas y las más angelicales.
Los puntos más altos de este disco son sin duda alguna las tres últimas canciones, que a decir de Flores son el prólogo del próximo disco conceptual que están planeando. Waiting For The 27th es una canción tranquila, a la vez que inquietante y dramática que prepara el terreno para la poderosa Black September, mientras que Phantom Pain, canción con cierto aliento épico, es el mejor tema del álbum.
A pesar del entusiasmo con el que se ha hablado de este disco, es necesario destacar algunos puntos débiles, que por desgracia son comunes la gran mayoría de los materiales de este estilo. Si de algo adolece el metal melódico es de monotonía y depende mucho de los estribillos. En ese sentido, Bye Bye Lullaby tiene momentos repetitivos en los que se da la impresión de que la misma fórmula ya se ha escuchado varias veces. Quizá llegue el día en que los creativos aboguen por la economía en vez de llenar los sesenta minutos de un disco, para así producir álbumes más redondos y concisos. Por el momento, salvado esos detalles, Bye Bye Lullaby, sin ser brillante, no deja de ser un trabajo recomendable para todos aquellos que disfruten del metal melódico.
0 comentarios: